
Cadena agroalimentaria, desde la semilla hasta el consumidor
1.
El recorrido comienza con el obtentor de la semilla. Pueden pasar entre 10 y 12 años de I+D+i hasta que alguna de las empresas del ramo —que tienen además su banco de pruebas en el sureste español— consigue una nueva variedad, cada vez más óptima, que combina la resistencia a plagas y enfermedades con lograr un gran sabor y calibres que se adaptan en base a las demandas de los consumidores y a los estilos de vida de cada uno.
2.
Una vez cuidados y crecidos los plantones de la fruta o la hortaliza en el semillero —donde también se aplican técnicas de control biológico—, llegan a las manos del agricultor.
3.
Los agricultores retiran los residuos vegetales de la cosecha.
Su destino puede ser la planta de recogida homologada para transformarlos en compost o bien los agricultores optan por devolverlos al suelo una vez triturados, enriqueciéndolo para las siguientes cosechas.
4.
Antes de plantar, durante el caluroso verano, el agricultor prepara su invernadero dotándolo de una vegetación como girasoles, pequeñas islas de cereales (bankers), plantas aromáticas, maíz y, en el exterior, setos de plantas autóctonas.
Estas no solo mitigan el efecto visual del plástico, sino que tienen una verdadera misión de reserva para los insectos utilizados en el control biológico de plagas.
En la actualidad, en el caso del pimiento, el 100% de los cultivos de invernaderos solares de Almería usan métodos de control biológico o integrado.
5.
Una vez sembrado el cultivo y cuidado con esmero (utilizando técnicas como riego por goteo para el ahorro de agua, sensores, ventilación de los invernaderos, blanqueo, entre otras), el agricultor llevará su cosecha al almacén hortofrutícola más cercano de su empresa de comercialización o a una cooperativa.
Incluso allí se pueden tomar muestras del producto para analizarse en un laboratorio y comprobar que está producido bajo los estándares de calidad (ausencia de fitosanitarios o con los límites de residuos permitidos) que exige el mercado.
6.
Alto nivel de implantación de certificaciones y protocolos de calidad.
Tanto en producción como en la fase de manipulado del producto se aplican normativas como:
- GLOBALG.A.P.
- BRC
- IFS
- Certificaciones de producción ecológica, entre otras.
Finalmente, en una caja perfectamente etiquetada, la fruta u hortaliza iniciará su viaje hasta Madrid, París, Gante o Berlín, con una logística por carretera muy organizada, eficiente y flexible, adaptada a los requerimientos de los clientes en destino.
Así, el producto alcanza su destino en los supermercados con todo el sabor conservado tras este proceso en el que intervienen tecnología, manos expertas de agricultores y trabajadores, siempre con el mayor respeto al medio ambiente.
(Información cofinanciada por la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las opiniones y puntos de vista expresados no reflejan necesariamente los de la Unión Europea.)