Desde finales del siglo XX, existe un creciente interés por el control biológico como forma de control de plagas, debido a la ineficiencia de muchos plaguicidas, la aparición de resistencias y, sobre todo, la preocupación creciente de la sociedad por el respeto al medio ambiente y la seguridad y salud de productores y consumidores (Navarro et al., 2004).
En este contexto, en el campo almeriense, a partir de la Campaña 2007/08, tuvo lugar un cambio radical de las técnicas de cultivo, sobre todo en pimiento. La incorporación del control biológico para el tratamiento de plagas fue tal que en solo tres años (2006-2009) fue ampliamente adoptado para los principales cultivos, representando casi el 80% de la superficie hortícola en 2009 (Beltrán et al., 2010) y superando a países como Holanda e Israel (Pérez-Mesa y Galdeano-Gómez, 2010).
Almería y Granada son zonas de referencia mundial en control biológico de plagas
En conjunto, Almería es un referente a nivel mediterráneo y mundial de la aplicación exitosa de las estrategias de control biológico de plagas (Van der Blom et al., 2010). Hoy por hoy, la superficie con este sistema es ampliamente superior a otros países competidores. Actualmente, más de 26.700 hectáreas invernadas en Almería emplean técnicas de control biológico. Esto, para cultivos como el pimiento, supone una cuota del 99% de la superficie cultivada en la provincia (Cajamar, 2022).
Combinando la tradición, la experiencia y la apuesta por la innovación nos hemos convertido en un referente mundial en el control biológico de plagas:
- Apostamos por el control biológico de plagas, a través de fauna auxiliar, en más del 80% de la superficie invernada, incluso superando el 99% en cultivos como el del pimiento rojo.
- Eso significa que un ejército de pequeñas arañas, chinches, crisopas, avispillas y hasta 30.000 millones de bichos buenos viven en el invernadero, controlando las plagas para que no perjudiquen a las plantas.
- También contamos con otras defensas como dobles puertas, mallas anti-insecto y trampas cromáticas y de feromonas para atrapar plagas.
- Otra técnica que empleamos es el uso de insectos, como los abejorros, para asegurar la polinización de las flores y conseguir las mejores frutas y hortalizas de Europa. Mediante técnicas naturales, sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, que no sólo reducen la aplicación de fitosanitarios, sino que fomentan la paulatina transformación ecológica de nuestra producción.
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